“No existen problemas de la juventud, sino la repercusión de los problemas globales de la sociedad en los jóvenes”. Correo de la Unesco, 1975.
Un grupo de adolescentes y jóvenes participantes de la Escuela de Promotores Culturales, que impulsa a nivel territorial la Fundación Cebil, se ha expresado públicamente en un mural, pintado en la pared del Centro Vecinal de Villa Unión, para contar cómo viven la exclusión y cómo la están enfrentando creativamente, tendiendo un puente de diálogo con su comunidad y llamando a la solidaridad, para una mayor comprensión de la realidad que viven y acompañamiento en la construcción de sus proyectos de vida.
La elocuente imagen del mural comenzó a gestarse colectivamente a comienzos de diciembre, en el taller de muralismo de la Escuela de Promotores Culturales, y partió de una percepción general de los adolescentes de “angustia y soledad”, de sentirse “presos en su barrio” y discriminados de diversos modos y a partir de cómo “los distintos medios de comunicación nos hacían aparecer como violentos, cuando no es así la realidad de lo que vivimos en Villa Unión”. El mural muestra a 3 jóvenes rodeados de inmensas cadenas que las rompen desde adentro, a partir de acciones culturales que ellos mismos gestionaron e hicieron en la Escuela: tocando música, pintando, escribiendo, grabando cortos en video, trabajando para mejorar la plaza y jugando al fútbol, entre otras. Uno de los adolescentes, Daniel, sintetiza el mensaje que han querido dar: “nosotros nos sentimos atados por estas cadenas de la droga, la discriminación y la falta de trabajo, nosotros no podemos enfrentar solos esto, necesitamos estar juntos”. Muchos de los adolescentes y jóvenes viven una situación de vulnerabilidad social de larga data, y hoy se los estigmatiza y excluye aún más, con diversos tipos de violencia social, muchas veces normalizada en personas e instituciones. A partir de los bocetos iniciales, se invitó al artista Pablo Zarra a compartir dos jornadas para acompañar a los jóvenes en la concreción del mural, que fue felicitado por los vecinos. Esta iniciativa artística recibió el apoyo del Centro Vecinal de Villa Unión, la Dirección General de Justicia Penal Juvenil y la Municipalidad de Salta, entre otras.
Al respecto, Beatriz Taber y Marcelo Urresti, Consultores del Área Adolescencia de UNICEF Argentina, expresaron que si bien “las drogas son una presencia real en la sociedad de hoy y un tema de creciente alerta para todos los que trabajan con adolescentes y jóvenes, sin embargo, también es cierto que estos datos concretos sirven para planteos que buscan, en nombre de la salud (o la seguridad), suprimir libertades, ejercer persecuciones y coartar derechos. Resulta ser una visión simplista el atribuir todos los males a las drogas. Nos es preciso reflexionar sobre complejas condiciones sociales, conductas que implican un descuido de los adolescentes y jóvenes, donde ellos son expuestos o se exponen a situaciones de riesgo. La falta de proyectos individuales o sociales de largo alcance, la falta de posibilidades de incluirse en la gestión del futuro o en las estructuras que la sociedad dispone. Un presente en el que los jóvenes y los adolescentes se ven sometidos a la crisis que genera la pobreza o un mercado laboral sin muchas expectativas, luego de la exclusión del sistema educativo. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) postula a los adolescentes como ciudadanos, es decir, como sujetos que tienen derechos y obligaciones, como un conglomerado de valores que no puede afianzarse si no se lo hace sobre un suelo de comprensión, escucha y diálogo”.
La Escuela de Promotores Culturales que comenzó en Villa Unión en agosto del año pasado, fue reconocida a nivel regional por la Secretaría de Cultura de la Nación, Ente Cultural de Tucumán y Fundación ARCOR, y apoyada a nivel provincial por la Subsecretaría de Políticas Criminales, como también, la Subsecretaría de la Juventud de la provincia, entendiendo que la seguridad integral y sostenida debe trabajarse desde las condiciones de inclusión social, a partir de la población en situación de mayor vulnerabilidad, como las/los adolescentes y jóvenes. La Escuela de Promotores Culturales trabaja articuladamente a distintas organizaciones territoriales, realiza talleres de artes integradas, con eje en los derechos humanos y la participación ciudadana, fortaleciendo el protagonismo de los jóvenes en su proceso de inclusión social y desarrollo barrial.
Los adolescentes y jóvenes de la Escuela de Promotores Culturales en Villa Unión también realizaron el cortometraje “Un día sin drogas”, que fue exhibido en el Encuentro Provincial de Jóvenes de los Centros Integradores Comunitarios, organizado por la Municipalidad de Salta, y en el Congreso Internacional sobre Abordaje Integral de las Adicciones, que organizó la Secretaría de Salud Mental, el año pasado. Además, elaboraron dos proyectos de participación ciudadana, que están en ejecución: la mejora de la plaza de Villa Unión, con varias jornadas de limpieza, forestación y pintada de bancos y arcos; la creación de un equipo de fútbol propio que pueda organizar un campeonato local, como espacio de contención social; también, propuestas de talleres de artes y oficios, entre otras acciones educativas y del campo de la salud.
En este sentido, deseamos mencionar como referencia que la ciudad de Medellín, años atrás la ciudad más insegura del mundo, ha logrado transformarse, luego de una sostenida y fuerte inversión en cultura, educación y urbanización de 15 años, en un ejemplo de inclusión y solidaridad ciudadana del siglo XXI, lo que demuestra tanto la importancia del eje cultural para reducir la inequidad social y la inseguridad, como también la necesidad de realizar procesos culturales y educativos de largo plazo que permitan la sostenibilidad de una mejor calidad de vida, desde la propia comunidad.
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